miércoles, 14 de septiembre de 2011

El ombligo de la Luna

-Columna Publicada en el Periódico "La Semana Ahora" en su edición núm. 545-

Hoy no vengo a hablarles de política. Es muy temprano, como para que la broza política eclipse nuestra sonrisa matinal. Hoy es día de dejar ese tipo de jelengues. Además, mejor hablamos de otro tema que no sea el de los niños Silerio y Salum y su capítulo “Miss, Jorgito mestá copiando”.
Jacob ya tiene preparada la matraca, su traje de charro, para este 15 de septiembre, y me pidió que después del grito jugáramos a la matatena o ya de perdida, al chinchilagua.
Yo no entiendo por qué la gente es pesimista, (hoy vengo muy fresco, les comento). México celebra su Independencia y hay un sector de la sociedad que se pregunta apáticamente ¿Qué Festejamos?
Me parece pordiosera la duda, ahora sí que, como dijera Jacob, “la duda ofende”. Claro que tenemos qué festejar, a nuestro alrededor tenemos a personas muy valiosas, eso es para festejar. Pensar lo contrario, es borrarnos de la historia nosotros mismos. No celebramos nuestro presente porque no hemos terminado de comprender nuestro pasado. Estamos condenados a seguir tropezando.
Es el día de la Independencia, y siempre será tema a discutir. Sobre todo, en estos tiempos tan difíciles.
México está en el momento, en que no sabe si quiere ser o no quiere ser. Si para 200 años, la situación no la mejoramos, quiere decir, que no vamos a superar nunca la caída de Tenochtitlan y, por lo tanto, nos haremos merecedores de tomar la cicuta.
El mexicano es una estirpe completamente diferente a las demás. Primero, decimos que no hay nada qué festejar, pero el 15 de septiembre, viendo sobre una mesa tricolor el “molito”, los taquitos, el tequila o “tecaila” -como decía Don Eulalio González “El Piporro”-, nos aflora lo Muy Mexicano y hasta Calderón nos cae bien. Yo ya tengo a mi Adelita, para besuquearla mientras duren las campanadas y los “vivas”.
Nota Mental: Ser mejor mexicano, ayudar al prójimo y resarcir el civismo, que nuestros gobernantes han fornicado.
No consumir esos productos televisivos que roen nuestra sociedad.
Si estás aburrido y no sabes qué hacer, vamos a leer (hay muchos libros que están tan cerca de nosotros y ni siquiera los vemos. ¿De qué tamaño son nuestros límites?).
No encender esa caja que idiotiza, en los canales ya imaginados.
No cooperemos con la mediocridad de México. Coopera construyéndote bien cimentado (parecen mandamientos, no sé cuántos llevo pero aquí le corto).
Deseo que pasen una delicioso día de Independencia y tengan cuidado. No manejen si toman, y si toman, mejor pidan un silloncito, o en el mismo carro pero, no salgan que se corren riesgos. No quiero que luego me digan, este a mi vida ya se la llevó la tolinga.
Por cierto, casi lo olvido y era el motivo de escribirles hoy. Te felicito a ti mexicana mexicano por construir y mantener este país a tope, con un nivel de fraternidad que, afortunadamente, no se ha perdido. Es muy agradable vivir en un país contigo, ojalá que podamos codearnos trabajando y aprovechando la oportunidad, que Dios nos da, para mejorar este país. Porque, a pesar de todo, México es un país que abraza.



Y como dijo Sólo: “Los Dejo”.

Cualquier comentario, acerca de esta columna de la Independencia, favor de enviarlo a desdeelapando@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario