El domingo me enteré que nuestro Señor Gobernador de Durango, Jorge Herrera Caldera, fue sujeto a una trampa maldita del destino. Resulta que la falta de práctica terminó por herirlo seriamente. Ojo, tres costillas rotas es indudablemente una lesión grave, ya que de no haber los cuidados necesarios puede darse la perforación de pulmón. Sinceramente esperemos sane pronto el Señor Gobernador.
Ahora, como dijera Confucio, el chino de china, no el chino japonés como dijese una modelo panameña (qué quemada se dio verdad, ya dibodo badita).
Confucio dijo “El más elevado tipo de hombre es el que obra antes de hablar, y practica lo que profesa”.
Esto lo menciono, no porque hayamos tomado al mejor rocín de nuestro establo, porque además, no están todavía maduros ninguno de la yunta allá en el congreso. Me enteré porque en Durango “Más allá del agua” corre muy bien y llegó demasiado pronto a nuestra playa, la noticia.
Resulta que nuestro Señor Gobernador imaginó que el Caballo era una bicicleta. Tomó vuelito y, después de un juego hábil de pies, voló rumbo al caballo. Fue una escena típica del chinchilagua. Para su mala fortuna que el jamelgo arrancó y nuestro Señor Gobernador dio el changazo.
Aquí en la oficina todos comentamos la noticia, todos coincidimos e hicimos una “vaquita”. Poncho ya demostró valentía al quedarse dormido con su carro abierto en la Colonia Asentamientos Humanos, de la capital, y salir ileso de tal hazaña, que se ganó el derecho a llevarnos a Don Nabor en su carro, sin seguros, para ir a comprar, aproximadamente, unas ocho rueditas para ponerle al Caballo de nuestro Señor Gobernador.
No queremos que se vuelva a accidentar, por ello hemos tomado las precauciones necesarias. Pintamos las llantitas color verde gobierno para que no vaya a extrañar. Al Jamelgo lo mandamos, de castigo, al corralón, al mercadito por el delito de Tentativa de Homicidio, le pusimos un chaleco verde con una leyenda que decía “tiré a mi gober por buey”. Aclarando que el buey es el animal. A todos los que se burlaron del accidente, mandamos pegarles la lengua al paladar con un chicle motita.
Ya voy terminando que Jacob comienza a mirarme como si me dijera “ya cáile”. Quiero finalizar enfatizando que esto que escribí fue a modo de broma. Yo pienso que las cosas y situaciones como estas, tenemos que agarrarles por el sabor más dulce que se pueda. No ganaríamos nada viviendo con lo agridulce en el paladar. Deseo de la manera más humilde que nuestro Señor Gobernador sane pronto, ya que no es bueno desearle el mal a nadie, según dicen los cánones y como no me quiero salir de la Ley, le deseo se recupere pronto don Jorge (como si me leyera. De hecho mis textos lo lee poca gente, cosa que agradezco humildemente. Una de esas personas es Jacob que es el que me da con la cabeza su asentimiento para publicarlo. Asiente y acomoda las estrellas en el cielo a través del cristal de la ventana).
Día III después del reporte y no hay solución en el mentado número 072 (con razón la Seño Andrea que me contestó no me quiso dar su apellido).
Y como dijo Sólo: Los Dejo.
Ahora, como dijera Confucio, el chino de china, no el chino japonés como dijese una modelo panameña (qué quemada se dio verdad, ya dibodo badita).
Confucio dijo “El más elevado tipo de hombre es el que obra antes de hablar, y practica lo que profesa”.
Esto lo menciono, no porque hayamos tomado al mejor rocín de nuestro establo, porque además, no están todavía maduros ninguno de la yunta allá en el congreso. Me enteré porque en Durango “Más allá del agua” corre muy bien y llegó demasiado pronto a nuestra playa, la noticia.
Resulta que nuestro Señor Gobernador imaginó que el Caballo era una bicicleta. Tomó vuelito y, después de un juego hábil de pies, voló rumbo al caballo. Fue una escena típica del chinchilagua. Para su mala fortuna que el jamelgo arrancó y nuestro Señor Gobernador dio el changazo.
Aquí en la oficina todos comentamos la noticia, todos coincidimos e hicimos una “vaquita”. Poncho ya demostró valentía al quedarse dormido con su carro abierto en la Colonia Asentamientos Humanos, de la capital, y salir ileso de tal hazaña, que se ganó el derecho a llevarnos a Don Nabor en su carro, sin seguros, para ir a comprar, aproximadamente, unas ocho rueditas para ponerle al Caballo de nuestro Señor Gobernador.
No queremos que se vuelva a accidentar, por ello hemos tomado las precauciones necesarias. Pintamos las llantitas color verde gobierno para que no vaya a extrañar. Al Jamelgo lo mandamos, de castigo, al corralón, al mercadito por el delito de Tentativa de Homicidio, le pusimos un chaleco verde con una leyenda que decía “tiré a mi gober por buey”. Aclarando que el buey es el animal. A todos los que se burlaron del accidente, mandamos pegarles la lengua al paladar con un chicle motita.
Ya voy terminando que Jacob comienza a mirarme como si me dijera “ya cáile”. Quiero finalizar enfatizando que esto que escribí fue a modo de broma. Yo pienso que las cosas y situaciones como estas, tenemos que agarrarles por el sabor más dulce que se pueda. No ganaríamos nada viviendo con lo agridulce en el paladar. Deseo de la manera más humilde que nuestro Señor Gobernador sane pronto, ya que no es bueno desearle el mal a nadie, según dicen los cánones y como no me quiero salir de la Ley, le deseo se recupere pronto don Jorge (como si me leyera. De hecho mis textos lo lee poca gente, cosa que agradezco humildemente. Una de esas personas es Jacob que es el que me da con la cabeza su asentimiento para publicarlo. Asiente y acomoda las estrellas en el cielo a través del cristal de la ventana).
Día III después del reporte y no hay solución en el mentado número 072 (con razón la Seño Andrea que me contestó no me quiso dar su apellido).
Y como dijo Sólo: Los Dejo.
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