viernes, 10 de diciembre de 2010

Un abrazo a Michoacán

Con mucho dolor les comparto la columna de hoy. A veces, cualquier palabra de solidaridad es demasiado minúscula ante la necesidad urgente de Paz en nuestro país. En lo personal, me incomoda bastante cuando mis palabras enlutecen. Ahora le tocó a Michoacán ser el imán de la atención nacional e internacional.

Otra vez la violencia, otra vez nos llenamos el buche de piedritas, de maldiciones, de ruidos estridentes de armas, de insultos, de odio al prójimo.
Hay zonas en el país que ya no son México. Ya no son ese país que nuestros abuelos vieron germinarse en la cintura de un continente maravilloso, donde la esencia era el aliento fraternal. Estamos en un espiral.

No se trata del Gobierno Actual, porque aunque el Presidente haya sido el responsable de poner la primera piedra, para edificar la muralla de violencia con la que chocamos todos los días, no tiene toda la culpa. Se ha dejado de cultivar el respeto a la vida. El respeto a lo más valioso que tu Dios, mi Dios, exhaló sobre nuestros ojos, la vida.

Siempre que hablo al respecto, mis principales responsables son los Padres de Familia. Se tiene una sociedad a medias, familias desintegradas por el odio, el dinero.
Siempre será más fácil destruir que construir. He perdido la capacidad de asombro, ya nada me sorprende. Estamos muy lejos del deseo que tenía el buen Borges, sí siempre Borges, cuando decía “ojalá en algún día no sean necesario los gobiernos”, estamos a años luz de ello.

Los mexicanos vivimos sometidos, el gobierno nos tiene el zapato en la boca y escucho, continuamente a gente decir “necesitamos una revolución” y me río de su estupidez, lo dicen como si anunciasen la llegada de un impuesto nuevo. Si en el los últimos diez años de Gobierno Presidencial, que tanto ladran los priístas y su gente muy cercana, no hemos llegado a la cifra de 100 mil muertes, y ya nos sentimos asfixiar, aguantaríamos un millón de muertos, como en la Revolución Mexicana. Además, eran otras situaciones, había respeto a la vida, Hoy eso ¿qué es?

Deseo fervientemente que cada uno, desde nuestra posición, busquemos mejorar nuestro entorno, no se pide mucho, con mejorar nuestro entorno mejoraremos en gran medida. La fe mueve montañas, pero también sepulta los miedos.



Y como dijo Sólo: “Los Dejo”.

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