jueves, 2 de diciembre de 2010

Sacando la Ropa a orear

Ahora sí ya se va sintiendo la entrada en vigor del frío. Lo he notado porque mis pies se han congelado y ya lucen cinco cubitos de diferentes tamaños, anchuras y espesuras. Con decirles que pondré en los periódicos un anuncio de Se busca Acompañante nocturna para que me apapache mientras esté trabajando o escribiéndoles, como ahora.

Jacob anda dándole vueltas a los libros de cuentos, le fascinó el cuento de Ojos Verdes de Gustavo Adolfo Bécquer que le leí anoche. Le comenté que es un cuento sibilino porque mientras le leía el cuento, en mi mente comenzó a tejerse la idea de un cuento con un final que Bécquer había puesto, exactamente el mismo. Coincidencia solamente, no pienso que sea algo del cosmos.

A nuestra redacción llegan unos boletines de ustedes amables seguidores. Nos comentan que el Gobierno del Estado entregó el pasado 22 de noviembre, un chequezote de cartón para mejoramiento de vivienda y pie de casa, a personas de diversos estatus sociales. Pero, es hora que no han entregado el cheque de verdad. Dicen que el chequezote no cabe por las ventanillas de los bancos. Dónde está el dinero que iban a entregar o nada más era para la foto.

En otro tema un poco más grave es y que ya no es OLA, sino Tsurimi (diría la petacona de Ninel Conde) es un Tsunami el robo de vehículos. Esta banda nos ha dado unos kilométricos dolores de cabeza que ya no cabe la cordura ¿Acaso la autoridad no puede ni con una banda de roba coches? Ya sé (grita Jacob) lo que pasa que se roban los carros con armas de grueso calibre y por eso la Fiscalía General no puede actuar, no es de su competencia las armas de grueso calibre.

Por último, el último boletín que me llegó. Resulta que uno de nuestros Abogados de Durango, llamarémosle El Lic se robó un CPU del Tribunal Superior de Justicia. Todo comenzó cuando sacaron las computadoras de una oficina para hacer una limpieza y en una de esas que el Tribunal se quedó solo, hizo su triunfal con pompa y boato El Lic, quien vio tremendo bufet electrónico, oteó para ver si había alguien, salió a la calle, regresó y después de tomar un CPU patitas para que te quiero.

Diría el Chapulín Colorado, no contaban con la astucia del Sistema de vigilancia del Tribunal Superior de Justicia y que lo ubican.



Y como dijo Sólo: “Los Dejo”.

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