miércoles, 10 de noviembre de 2010

Habemus Teleférico

Dicen que es maravillosa la vista de nuestro Durango desde las alturas. Aún es una urbe muy pequeña poblacionalmente hablando, pero es como una gran casa habitación, la gente de Durango se conoce y si no, por lo menos conocen al primo de un amigo.

Ahora imaginemos que vemos sólo unos metros la ciudad, en específico, el tramo del Cerro de los Remedios hasta la Biblioteca del Estado, en el Calvario. Ese tramo que nos costó, aproximadamente, 90 millones de pesos y según sospecha el Detective y Dirigente Estatal del PAN, Juan Carlos Gutiérrez Fragoso, nos chamaquearon con el teleférico nos dieron muy caro el metro lineal –“pos ni que fueran enchiladas” dice la autoridad-.

Resulta que mientras nuestro teleférico de 700 metros, de longitud, nos costó 90 millones de pesos, el de Chihuahua, en plena Sierra Madre Occidental, costó 45 millones y mide poco más de dos kilómetros y que el Constructor que licitó la obra del Teleférico, en nuestra entidad, es el hermano del Secretario General del Gobierno del Estado, Rosales Badillo, sospecha el panista.

Pero bueno, en esta vista, nuestros vecinos de aquella zona nos presumen la temporada otoño-invierno desde los tendederos de sus domicilios. Doña Georgina nos presume sus enaguas amarillas que usa disimuladamente bajo su vestido azulgrana que le regaló su hija la Cuca –sus enaguas favoritas según nos confiesa-.

En algunas casas presumen el cacharro que se alquila al más puro estilo mexicano –incluyendo las llantas de las carruchas del abuelo y un colchón que el mión de juanito ha echado a perder-.

Resulta que el viaje redondo en el Teleférico de Durango –con vista de tendederos de un lado y del otro-, cuesta veinte pesos –es una verdadera ganga dice Jacob-.

Algunos presumen que es mejor que se recorra de noche, así los noviecitos estudiantes de la FADER, FECA y la Facultad de Medicina pueden ser intimidados y evitar así, hagan de las suyas en lo oscurito en las arrinconadas calles de la zona. Además en la noche no se ven que están bebiendo los alumnos de la UJED y ojos que no ven corazón que no sienten.

Habrá, seguramente, la promoción de “si se cae el teleférico con ud a bordo, recibirá una paseada gratis por el teleférico”. Yo, querida lectora estimado lector No me subo hasta que a alguien no le hayan dado su paseada gratis -ay si-.

Por último, tenía qué comentarlo, seguramente vieron que el alcalde de Durango, Adán Soria Ramírez, continúa con el programa de bardas perimetrales en las escuelas de la ciudad. Vieron o verán, en los comerciales, cómo el Alcalde no sabe ni agarrar la cuchara de albañil.
Aquí en la oficina no pudimos no reírnos de nuestro Alcalde. Dice Jacob que parecía que estaba preparando burritos –eso de tomar la cuchara, tomar mezcla y echarla sobre el ladrillo-.

¡A raza!




Y como dijo Sólo: “Los Dejo”.

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