martes, 4 de enero de 2011

desde las jorobas de México

Aprovechando que nuestras autoridades se encuentran de vacaciones y que nuestro Fiscal General está inventando un nuevo drama que el Gigante Shakespeare envidiaría, hay la oportunidad de comentarles estos días de fiestas.
Ahora sí que todo mundo sigue con los epítetos decembrinos. Ojalá todos contesten con la misma habilidad verbal el resto del año.

En días pasados, en una gira de trabajo que tuve, por la ciudad de Nezahualcóyotl (gira de trabajo eh. No eran vacaciones. Así dice el Gobierno). Hubo la oportunidad de disfrutar esa parte del México que nos enriquece: su gente. A continuación les cuento algo que escribí el año pasado.

La Ciudad de México y el Distrito Federal son parte de un dibujo animado. En donde hay segundos pisos por doquier. Inclusive ya le cortaron un buen trozo al Aeropuerto Benito Juárez para hacer una vía rápida y que es de uso, un poco exclusivo, para quienes tienen pensado viajar por aire. En un futuro los pilotos tendrán que tener mucha destreza para reptar y esquivar tanto puente y segundos pisos y por fin deslizarse por el cielo.

Jacob dice que los niños Peña Nieto (el del copete gaviotezco) y “El Marce”, han estado jugando Tripas de Gato o Timbiriche desde sus respectivas y caóticas ciudades. Lo cierto es que aquí el tráfico es un verdadero parto con dolor y ya estando en él, el aburrimiento hace uso de su lúcido magín para ponernos a otear entre la locura y las uñas.
Semos mucho en el carro y con este calor seguro terminamos con la piel tatemada.

Los carros traen una flojera y en vista que hemos avanzado dos metros en la última media hora, nos disponemos a escribir. Es un vituperio que además del tráfico, hayamos salido a esta hora para comer en algún buen lugar, cercano al centro. Ojalá el chofer me haya alertado del tráfico para traerme mi lonch con sus respectivas barritas multigrano y mi pepsi light.

Bendito diciembre.

“Ya llegamos de donde andábamos. Se nos concedió volver. A mí se me figuraba qué no te volvería a ver”. Ay dolor ya me volviste a dar.
Pues regresamos después de una inteligente petición de vuelta en “u”. Pasamos a “La Romero” a comprar unas cuantas tortas más grandes que las que se implantó Ninel Conde. Pasamos por unos sopes con biste’ para la perra hambre que traíamos.

Pasamos por el Tianguis San Juan para comprar algunos enseres para poder cocinar galletitas con figura de tortuga.
Este tianguis conminó aún más la perra a ladrar.

Por el momento me despido que se enfrían las tortas y la perra ni torciéndole el rabo se calma.



Y como dijo Sólo: Los Dejo.

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