miércoles, 8 de septiembre de 2010

Virgen de los Remedios!!!

Me dice mi señor Padre que hoy, como desde hace muchos años, se celebra el día de la Virgen de los Remedios. Una tradición muy mexicana que ha humedecido la historia en Durango con su folklore y su manera de celebrar, aunque las cosas ya cambiaron. Cuentan, lo digo en un tono de voz narrativa, como cuando niños nos sentamos a escuchar esa "Voz" que nos comparte historias mágicas y uno agiganta los ojos, como si fuéramos a escuchar con ellos, unos ojos tan grandes que no cabían en la habitación.
Hace muchos años, cuando la ciudad estaba menos poblada, una de las calles más importantes, por su ubicación geográfica, era la de Ocampo, la calle que está en los tobillos del Cerro de los Remedios.
En el vértice de dicho Cerro se encuentra la Iglesia de la Virgen de los Remedios, de ahí el nombre, de verdad que sí. Antes la calle de Ocampo se iluminaba y decoraba fastuosa y pomposamente. Había rosarios en algunas de las casas que figuraban y deletreaban la espesura del cerro.
Por la noche había la clásica reunión social. La calle se inundaba de catolicismo y de una que otra mancha del champurrado que daban en casa de las Matianas, sin mencionar los tamales de rojo que los chiquillos dejaban escondidos ahí en la yerba (hago énfasis de que había muy pocas casas construidas en esa época), por lo tanto los patios de las casas eran un poco más grande que la inmensidad infalible.
Había un corredero de chiquillos a lo largo y ancho de la calle, que figuraba un campo elíseo donde la sociedad, de esa zona de la ciudad, versaba y se repartían la tarde para jugar. Aunque había otros que preferían no salir y cerrar las cortinas para que los niños no viesen la diversión.
Los juegos eran los tradicionales: las destrezas y los capiruchos en el balero; los encantados y sus multi premiadas poses astronáuticas que los chiquillos realizaban; la cláscia la traís, incluyendo los momentos en que si no te gustaba que te "la pegaran", le dabas un buen punta pié a la minúscula entrepierna del adversario, y entonces si comenzaban los pleitos y las afirmaciones como viste, viste dónde le pegó o Ay ay ay!! Me descuajaringaste la pajarilla.
Eran festejos sociales muy atractivos que ya no se realizan. La gente anda tras su destino con antojeras. Esperemos que las costumbres no se olviden.


y como dijo Sólo: Los dejo

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