Perdón lectora lector, sé que elegí el último título que se me pudo haber ocurrido. Este título puede prestarse a las malas interpretaciones, y llegar hasta los aguzados oídos de aquellos que usan la totalidad de sus horas, para cachar cualquier doble-figuración y gritar con sus puercas intenciones algún albur, ese acto lúcido del folklore mexicano. Pero, Ya Párale!!! Sigue lloviendo. Alguien arriba olvidó cerrar la llave. Confieso que ver llover es un acto amoroso pero todo con medida. Mi cuerpo no resiste ver llover 16 horas sin parar, necesito comer. Además hay muchas personas que sufren ver llover. Por ellas Ya Párale!!!.
Como prólogo, les anuncio que desde las entrañas más nocturnas de este domingo: Sigue Lloviendo. Esto ya se convirtió en algo constante y es preocupante la cantidad copiosa de agua. Esperemos, no haya problemas de inundaciones severas en nuestra ciudad.
La ventana se comienza a empañar con el vaho de estas palabras. Afuera los carros como barcas, navegan las calles en busca de una isla que les otorgue aventuras. Junto a las palmeras un grupo de náufragos han estado evitando las fuertes olas que las barcas les airean. Hunden su cara en las manos, como acto natural al ver sus ropas llenas de lodo, tierra y burlas. Aquí dentro: la soledad ocupa la mayor parte del sillón y no es lo más recomendable para mirar la lluvia. Quisiera ser un náufrago también.
Ese niño que pasa por la calle es un valiente en plenitud, llueve y él sin camisa. Su piel es la más poderosa armadura ¿Corre o vuela por la calle? Vamos tu puedes niño (le grita Jacob alzando los brazos para animar el ímpetu del valiente).
Hay que estar alertas para ayudar en lo que se pueda a nuestros hermanos de aquí, de Durango que están sufriendo las inundaciones. Ayudemos si nos es posible yendo hasta allá, sería un acto verdaderamente amoroso.
Ya me voy, los dejo con esta frase maravilloso del Poema de Juan Gelman:
“Hoy llueve mucho, mucho / y pareciera que están lavando el mundo”.
Y como dijo Sólo: “Los Dejo”.
Como prólogo, les anuncio que desde las entrañas más nocturnas de este domingo: Sigue Lloviendo. Esto ya se convirtió en algo constante y es preocupante la cantidad copiosa de agua. Esperemos, no haya problemas de inundaciones severas en nuestra ciudad.
La ventana se comienza a empañar con el vaho de estas palabras. Afuera los carros como barcas, navegan las calles en busca de una isla que les otorgue aventuras. Junto a las palmeras un grupo de náufragos han estado evitando las fuertes olas que las barcas les airean. Hunden su cara en las manos, como acto natural al ver sus ropas llenas de lodo, tierra y burlas. Aquí dentro: la soledad ocupa la mayor parte del sillón y no es lo más recomendable para mirar la lluvia. Quisiera ser un náufrago también.
Ese niño que pasa por la calle es un valiente en plenitud, llueve y él sin camisa. Su piel es la más poderosa armadura ¿Corre o vuela por la calle? Vamos tu puedes niño (le grita Jacob alzando los brazos para animar el ímpetu del valiente).
Hay que estar alertas para ayudar en lo que se pueda a nuestros hermanos de aquí, de Durango que están sufriendo las inundaciones. Ayudemos si nos es posible yendo hasta allá, sería un acto verdaderamente amoroso.
Ya me voy, los dejo con esta frase maravilloso del Poema de Juan Gelman:
“Hoy llueve mucho, mucho / y pareciera que están lavando el mundo”.
Y como dijo Sólo: “Los Dejo”.
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