miércoles, 6 de octubre de 2010

Ni perdón ni Olvido I

Ya lo había prometido y tengo que hablarles de aquel México sesenta y ocho. Pero primero, una sumergida a lo que sucedió antes de la fecha letal.
Ese año, sigue tatuado sobre la espalda de varios países que tuvieron revoluciones civiles en sus entrañas, específicamente en las Ciudades de: PARIS, PRAGA y MEXICO.

En abril de 1968, el estudiante apodado como Dany “El Rojo”, encabezó un grupo de estudiantes que deciden tomar París para protestar la detención de varios estudiantes universitarios, los cuales, fueron acusados de atacar empresas norteamericanas y de exigir, además, mejor educación para los foráneos.
Posteriormente, toman la ciudad de Nanterre como protesta de los presos universitarios. Pero, fue una revolución fallida porque actuó, la autoridad, con su brazo fuerte. El Gobierno una vez más triunfó.

En México
Ese año, en nuestro país, albergaría las Olimpiadas.
El 30 de julio, el Gobierno de Díaz Ordaz había tomado como presos políticos, a varios jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, y algunas preparatorias, con el argumento de que eran una mala imagen para las Olimpiadas y para la visita de los países concursantes.
José Revueltas, nacido en el Estado de Durango: Escritor, Activista, entre otras cualidades, organizó a un grupo de jóvenes a que se revelaran y pidió a éstos: defender y reclamar la liberación de sus compañeros. El resultado: Una Tragedia Nacional, por culpa del Gobierno que usó a elementos del Ejército Mexicano para fusilar a los estudiantes, inclusive desde los techos de los edificios fueron cazados.
Días antes del dos de octubre, se realizaron marchas, encabezadas por el rector de la UNAM, el Ing. Barros Sierra, donde se elaboró un pliego petitorio que contenía: La liberación de los presos políticos; Destitución a dos generales y a un teniente coronel; Extinción del cuerpo de granaderos, debido a que provocaban a los estudiantes a la violencia; Derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Federal Penal; indemnización a las familias de los muertos y heridos por la agresión del 26 de julio del mismo año; y Deslindamiento de responsabilidades de los actos de reprehensión y vandalismo.
Como podremos observar, no fue sólo el dos de octubre el día trágico. En meses pasados se había presentado una serie de irregularidades nefandas que hoy, tristemente son olvidadas.
No fue un acto el definitivo, fueron muchas ocasiones las que el Gobierno destrozó a los estudiantes. Poco a poco se fue orillando a los estudiantes a rebelarse de una manera más intensa y más violenta. Sin embargo, en los siguientes actos, los jóvenes mostraron la educación que el Gobierno carecía.
Todo esto en 1968, justo en los días en que el Presidente Díaz Ordaz llevaría a cabo su cuarto informe de Gobierno.
El 27 de agosto en el Zócalo se realizó una gran manifestación de jóvenes, a la que se sumaron obreros, padres de familia, intelectuales: el proletariado. Los manifestantes argumentaron no se iban a mover hasta que el gobierno no entablaba un diálogo permanente. La madrugada del 28 de agosto, el Ejército Mexicano atacó a los manifestantes, remojando a la población en sangre y pánico.
La gente esperaba con ansias el Informe del Presidente Díaz Ordaz el Primero de septiembre, donde estaba obligado a declarar el porqué de tantas agresiones al pueblo.

Espero vayamos juntos hilando la historia hasta el punto de ebullición. Mañana en este mismo espacio la continuación.

Y como dijo Sólo: “Los dejo”.

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