lunes, 4 de octubre de 2010

#Yoconfieso que: soy un NINI

Después de un copioso fin de semana, nos adentramos a un septenario de días que prometen seguir con los engaños mediáticos y adiposas declaraciones de nuestros gobernantes que, de manera protagónica y dictadora, intervienen en el Proceso Interno de nuestra gloriosa y Autónoma Universidad Juárez del Estado de Durango (ruega por nosotros).
Para aquellos que en el aire las componen les dejo un par de preguntas:
-- ¿Por qué el Congreso del Estado, en vez de mejorar la Ley Orgánica del mismo Congreso, se metió a cambiar la Ley Orgánica de la UJED?
-- ¿Sabía Ud señora señor diputad@ que su Ley es la más mucosa de todas las Leyes?

No estoy a favor de esos maestros que prefieren a Calderón como Rector, porque hay maestros que tienen hasta tres plazas, esto sin meternos a describirlos como déspotas y arrogantes. El rector ha estado en el poder de la UJED desde hace veintitantos años. Sin embargo, ha hecho alguna que otra acción buena. Pero, nada como para que continúe.
Tampoco estoy a favor del movimiento pseudo estudiantil que pretende vendernos la idea de ser Universitarios, aún sabiendo que están actuando mal. Eso se llama Doble Moral y que me perdone mi líder estudiantil. Se está dejando llevar por la corriente líder. Ud es más inteligente sino júntese conmigo (Ay si).

Entonces queda la incógnita de ¿hacia dónde me hago? Y llego hacia la pudorosa respuesta: Ni soy de uno Ni de otro.
Nunca creí llegar hasta el punto vergonzoso de ser un NINI, soy una LACRA de la sociedad y eso que no he robado nada a nadie ni me he corrompido. Mucho menos he violentado Leyes Orgánicas de casas ajenas.
Merezco ser llevado a la sombra de tus pensamientos querida lectora, estimado lector, junto con todas esas palabras que me enredan a tus intereses.

No quiero escatimarme en relatar lo que se prevé sucederá en estos días. No soy brujo pero para el viernes los estudiantes irrumpirán la elección de Rector que el Consejo Universitario llevará a cabo. Ojalá me equivoque rotundamente y el lunes pueda ofrecerles disculpas vía este medio. Pero, ya no hablaré de esto, por hoy.
Hay cosas menos lujuriosas que buscar el poder.

Me despido por ahora. Una disculpa porque había prometido hablar sobre Tlatelolco ’68, pero comencé con lo más importante que una persona que con un mínimo de dos neuronas debe de ejercer: una autocrítica.
Soy un nini y ya dibodo.

Envío vía este medio, un monumental deseo de éxito a mi carnal Eduardo alias el ñoño, ahora que partirá hacia su destino. Éxito ya sabe que le ira muy soave y aquí lo esperamos en diciembre para su graduación. Se le va a extrañar acá en el Norte (chiste local).

Me voy, creo que ¿ya lo había dicho verdad? El que mucho se despide, poco ahorca o ¿cómo iba el refrán?

Y como dijo Sólo: “Los Dejo”.

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