jueves, 28 de octubre de 2010

una de Diputados

Qué onda (como dice Jacob) con eso de la credencialización del Transporte. Ya, los diputados, hasta marean con su vaivén de declaraciones que si los reto a modificar la Ley en 48 horas y dos marometas, que si te la pones en los tobillos, que si es lo mejor.

Pero bueno, es la tendencia a politizar todo y estrenar cada semana tema nuevo para debatir y vestirse de gala.
Los diputados siempre van a estar buscando el tema más frágil y por ende más polémico. Nunca van a legislar para bajarse el suelo, ni evitar menos diputados plurinominales, porque va contra la mayoría del Partido en el Poder y contra los de oposición porque, de ahí, chupan del presupuesto, de ahí, su panza chelera y sus tripas restauranteras.

Qué pensarán esas personas que no tienen ni para el camión y por ello no van a la escuela. Si trabajan es con una paga que parece mentada de madre, cuando apenas amanece el día.

Los diputados son un arquetipo de lo que, nuestros hijos, deben enjaular en el concepto de personajes chatarra.

Jacob, a menudo, me pregunta si el Diputado Benítez dormirá o se la pasa de sonámbulo pensando qué “fregadera” inventar o decir. Ahora propuso que desapareciera el Tribunal de lo Contencioso que es un organismo, de los pocos, que presumen su credibilidad.
Lo quieren deshacer porque era el organismo que sancionaba a Policías por incurrir en faltas graves.

Eso, del diputado del PRI, como una mísera figura. Por el lado de la oposición, predomina la personalidad mezquina de Gustavo Santiago de la Divina Antigüedad Petista Pedro Cortés. Un hombre que carece de amor y por ende, acude a besuquear las cámaras con sus atinadas declaraciones. Presume tener la mejor oficina del Congreso.

Ya casi es el día de muertos y habrá que felicitar al País por su estado vegetativo en el que se encuentra. Yo por eso, siempre cargo con el moñito negro en el fondo del corazón (ay si).


Y como dijo Sólo: “Los Dejo”.

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